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Animales que viven de la basura

La basura y los residuos están presentes en todo el mundo. Desde las ciudades, los bosques, mares, montañas, ríos, desiertos, hasta en los profundos arrecifes se encuentra basura. Y si los seres humanos encontramos basura, los animales también lo hacen. Es por esto que, a día de hoy, muchos animales viven de la basura que generamos los humanos.

Los animales, cada vez más frecuentemente, se han visto conviviendo con la basura, llegando en algunos casos a obligarles a abandonar su hábitat y hasta a depender de ella.

Los residuos se han convertido en una fuente de alimento fácil y que no supone esfuerzo para multitud de animales. Esto hace que algunos animales pierdan el instinto de caza o se acostumbren a no tener que cazar para conseguir alimento, ya que en estos lugares hay comida asegurada durante todo el año.

No obstante, la basura sigue siendo basura, y entre los alimentos que los animales pueden encontrar, también se encuentra una gran cantidad de plásticos, vidrios, papeles y residuos incomestibles que terminan dañando al animal. Al ingerir objetos filosos, el tracto digestivo de los animales puede dañarse y causar infecciones, además de dolor.

 

LOS VERTEDEROS Y SUS HABITANTES

Los vertederos son cúmulos de residuos, pero entre toda esa basura se encuentra el alimento que muchos animales ingieren en su día a día. Aproximadamente el 50% de los residuos que se encuentran en los vertederos son restos orgánicos, los cuales provienen del desperdicio de alimentos. Estos restos son una gran fuente de alimento para otros seres y animales que, cada vez más, recurren a ellos.

Desde aves rapaces e insectos, hasta mamíferos frecuentan vertederos en busca de comida. Las condiciones ambientales o la pobreza de sus alimentos naturales los convierten en animales que viven de la basura humana, con los riesgos que esto conlleva.

Los animales más atraídos por los vertederos son:

  • Milano negro: rapaces que, a pesar de buscar alimento, también recogen materiales para fabricar sus nidos. Su dieta consiste, en su mayoría, de carroña, de la que destacan insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Los animales más cazados y consumidos por este animal son los conejos, urracas y ratas aunque también se alimentan de muchos insectos y peces.
  • Cigüeñas: estas aves llegan a consumir hasta un kilo diario de desechos provenientes de alimentos humanos. La dieta habitual de la cigüeña se centra en animales que habitan en lagos, pantanos, charcas o estanques. Se alimentan de: peces, ranas, lagartijas, insectos, crustáceos, moluscos, anguilas, gusanos o serpientes.
  • Gaviota reidora: es una de las especies que tiene una mayor dependencia del ser humano, sobre todo por su basura. De esta consiguen la mayoría de alimento y sustento. Estas gaviotas cuando cazan, lo hacen avistando a su presa desde un vuelo bajo. Su dieta suele contener semillas, lombrices de tierra, poliqueto, crustáceos, insectos muy diversos, pequeños peces, pequeños vertebrados y carroña.
  • Lobos: en España es habitual la presencia de lobos solitarios que, debido a la falta de presas naturales y a la separación de las manadas, se ven obligados a concurrir los vertederos para alimentarse. El lobo es un animal carnívoro, por lo que su dieta se compone de carne de diversos animales medianos. Entre las presas habituales de los lobos se encuentran los cerdos, caballos, antílopes, alces, ciervos, yaks, rebecos, cabras, ovejas o cualquier animal de estas condiciones que se encuentre en la zona.
  • Zorros: al igual que los lobos, los vertederos son una fuente de comida fija y los concurren mucho. A diferencia del lobo, los zorros son omnívoros y oportunistas, lo que significa que comen cualquier cosa que sea comestible: mamíferos, reptiles, aves, anfibios, insectos, crustáceos, invertebrados, peces, moluscos, carroña, hierbas, frutas, bayas, raíces, huevos, carroña y tubérculos.  Las presas habituales de este animal son los roedores (ratas, ratones, leminos, jerbos, ardillas, marmotas entre otros), conejos, liebres, mariposas, grillos, saltamontes, polillas, gusanos terrestres y escarabajos.
  • Osos: en países como Alaska o Canadá, los osos polares y grizzlys son cada vez más vistos en las proximidades de los vertederos y en los mismos en busca de alimento. Los osos son omnívoros y, al igual que los zorros, oportunistas, adaptando su dieta al entorno y las especies que habitan en él, por lo que la dieta varía según el tipo de oso:
    • Polares: pescado, focas, morsas y belugas.
    • Pardos: pescado, insectos, aves, frutos, ganado, liebres, conejos y anfibios.
    • Panda: bambú, insectos y frutas.
    • Malayo: pequeños reptiles, mamíferos, frutos y miel.

Los dingos de Tanami

Hace unos años se descubrió en un vertedero el desierto de Tanami, en Australia, una jauría de 55 dingos. Esta manada vive y se alimenta de los desechos que se encontraban en el vertedero.

Los investigadores hicieron notar que estos dingos eran más sociables, tanto con las personas, como con otros animales. También que existían menos conflictos entre ellos al no tener que pelear por alimento, pues una gran cantidad de la basura del vertedero eran restos alimenticios.

El hecho de que se alimenten de estos desechos también pone en riesgo su salud, pues están mezclados con otros residuos, los cuales son muy perjudiciales para la salud y la calidad de vida.

 

En otros vertederos se han llegado a ver macacos comiendo y curioseando todo tipo de materiales. Animales de granja (vacas en la India, cerdos, cabras) alimentándose en terribles condiciones. Elefantes vagando por vertederos a cielo abierto buscando qué comer. Águilas posadas en los alrededores esperando ver ratones, conejos o liebres que cazar, o residuos alimenticios. Estos son solo algunas de las muchas especies que frecuentan estos lugares.

Un gran problema de que los animales consigan la comida de los vertederos (a parte de las obvias, como mal estado de los alimentos, daños o infecciones), es el hecho de que alimentan a sus crías y pichones con estos desechos en vez de con comida apropiada. Esto hace que los animales estén expuestos a la ingesta de estos residuos desde que son pequeños, provocando múltiples problemas a las especies, tanto de supervivencia, como genéticamente, como ya se ha visto en algunos casos de animales urbanizados.

 

MIGRACIONES DE ANIMALES POR LA BASURA

La aparición o adaptación de animales que ahora viven de la basura ha producido que muchas de las migraciones comunes y típicas prácticamente desaparezcan. Lo que afecta a ecosistemas y procesos naturales completos, llegando a producir cambios genéticos debido a la adaptación.

En España, la famosa migración en invierno de las cigüeñas hacia África, cada vez es menos frecuente. El principal motivo de este descenso de migraciones es la creciente aparición de vertederos y cultivos, donde las cigüeñas encuentran gran cantidad de alimento.

Las cigüeñas centroeuropeas han imitado su comportamiento, quedándose en España y el norte de Marruecos en vez de bajar hasta África, donde suelen migrar en busca de ambientes más calurosos. Esto supone:

  • Una reducción de sus viajes
  • El aprovechamiento de los desperdicios de los humanos por parte de los animales para sobrevivir

Con esto, las cigüeñas están dejando atrás ciertos comportamientos típicos de la especie, lo que preocupa a especialistas.

Otras aves que prefieren los vertederos a hábitat normal son las gaviotas, que han abandonado los mares y las costas adentrándose en vertederos y embalses. Debido a la ingesta de basura, sus heces son cada vez más contaminantes, y al vivir en zonas cercanas a cúmulos de agua, las contaminan.

En conclusión el hecho de que los animales hayan encontrado en los vertederos una fuente fija de alimento provoca varios problemas:

  • Genera una amenaza para los animales, ya que se alimentan de residuos que se pueden encontrar en mal estado.
  • Amenaza los comportamientos y hábitos migratorios de ciertas especies, derivando en la pérdida de ciertos ecosistemas.
  • En algunos casos, ha generado cambios genéticos, volviendo a especies salvajes mucho más delicadas y dóciles.
  • La pérdida de hábito de caza e instinto depredador al tener un sitio fijo con alimento fácil.

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