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¿Qué es el reglamento de taxonomía europea?

¿Qué es el reglamento de taxonomía europea y qué cambios implica para las empresas?

El reglamento de taxonomía de actividades económicas sostenibles de la Unión Europea se puso en marcha en el año 2020. Es uno de los pilares del Plan de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea ya que su finalidad es convertirse en la normativa única que dirija todas las actividades financieras actuales y futuras. Esta taxonomía se implementa para que los objetivos climáticos y medioambientales que Europa se ha propuesto durante los últimos años se alcancen.

 

Funcionamiento de la taxonomía europea

Este reglamento se dirige a los bancos centrales incidiendo en sus inversiones y su papel en la financiación sostenible, y también hacia los propios inversores y las empresas. Ya en el Acuerdo de París de 2015, desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de ese mismo año, se abría el camino hacia la adopción de medidas financieras y el fomento de actividades de mercado e inversiones que permitieran un crecimiento económico sostenible

Aún con esta promoción de subvenciones, el coste para eliminar el carbono de la economía es desorbitado. Según lo publicado por la Comisión Europea en 2019, se necesitarían otros 260 millones complementarios para cumplir las metas del Marco Europeo 2030, cuyo principal objetivo es reducir en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero frente a los niveles de 1990. 

Para hacer frente al problema de financiación se ha propuesto esta taxonomía europea. Persigue establecer un nuevo modelo de mercado, transparente e íntegro, y que evite tanto el “greenwashing” como la competencia desleal. Se pretende construir una coyuntura idónea para que los inversores se dirijan hacia empresas que cumplan con los objetivos de sostenibilidad europeos

 

Aplicación del reglamento

Se espera de esta forma que la sostenibilidad se integre en el mercado económico europeo de una forma sistemática. La normativa que plantea la taxonomía es especialmente precisa:  se diferencian rigurosamente las actividades sostenibles de las que no lo son. Uno de sus principios es la transparencia: se facilita la obtención de información a los inversores. A su vez amplía las obligaciones de divulgación de las compañías sujetas a la directiva de información no financiera (NFRD) y de los mercados que ofrecen fondos sostenibles. 

Las empresas tendrán que adaptarse a estas medidas para que los inversores apuesten por ellas. Para ello es necesario que las actividades que realicen sean clasificadas como sostenibles en base a tres fundamentos: 

  1. Deben contribuir al menos a un objetivo ambiental.
  2. No deben dañar ningún objetivo ambiental.
  3. Deben garantizar los valores éticos y laborales. 

Si todo ello se cumple, la taxonomía de la UE ayudará a conducir los recursos financieros hacia actividades sostenibles, a llenar los vacíos de inversión en áreas relacionadas y a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la UE.

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