Valorización energética: el sector exige desincentivar los vertederos

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico recientemente ha publicado la memoria anual sobre generación y gestión de residuos municipales correspondiente al año 2018. De los 22,2 millones de toneladas de residuos urbanos generados, la mayoría acabó en vertederos, el 53,4% (11,8 millones de toneladas). Tan solo el 18% (4 Mt) se destinó a reciclaje y el 17% (3,7 Mt) a compostaje. El 11,6% (2,5 Mt) restante fue incinerado.

Estas cifras quedan muy lejos de cumplir con los objetivos establecidos por la Directiva modificativa (UE) 2018/851. Dicha directiva establece una tasa de reciclado de mínimo el 55 % de los residuos municipales en peso para 2025. Este objetivo ascenderá al 60 % para 2030 y al 65 % para 2035. Asimismo, limita a un 10% el porcentaje de vertido en vertederos para 2035.

A tenor de las circunstancias, Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, reclama al gobierno medidas que nos sitúen en línea con los países del norte de Europa y la Directiva europea de Economía Circular. Entre las medidas que proponen, mencionan la necesidad de políticas que desincentiven los vertederos y que pongan un mayor énfasis en la valorización energética de los residuos.

Diferencias entre los vertederos y las plantas de valorización energética

La valorización energética es la transformación de aquellos residuos que no pueden ser reciclados, en energía. Esta energía puede obtenerse en forma de electricidad, vapor, agua, gas o combustible. Los vertederos por su parte, son instalaciones donde se limitan a depositar, no eliminar, los residuos, ya sea en la superficie o bajo tierra. A continuación, veremos sus diferencias con más detalle:

1. La valorización energética reduce el volumen de residuos sólidos urbanos (RSU)

Las tecnologías de valorización reducen la cantidad de residuos sólidos urbanos (RSU) cerca de un 96-98%. En las plantas de valorización la basura se comprime y descompone. Para ello, se emplean generalmente tratamientos térmicos de descomposición de residuos. Además, mediante estos tratamientos, es posible descomponer residuos no biodegradables y altamente contaminantes como plásticos y neumáticos usados. Asimismo, estos sistemas son capaces de tratar toneladas de residuos la hora.

2. Las plantas de valorización energética generan electricidad

Las plantas de valorización energética obtienen energía a partir de los residuos en forma de gas, vapor, carbón o combustible líquido. Estos combustibles o la energía térmica producida en el proceso pueden alimentar generadores y aprovecharse para abastecer suministros eléctricos de instalaciones y viviendas. De esta manera, se contribuye a la ampliación de la oferta energética en el mercado. El resultado final es un precio más reducido de la energía para los consumidores gracias a una mayor competencia entre las empresas suministradoras de energía.

3. La eliminación en vertedero genera más emisiones de gases de efecto invernadero que la valorización energética

La descomposición de la basura en vertederos produce biogás. El biogás de los vertederos está formado por gas metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Ambos son potentes gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera y que continúan produciéndose una vez clausurado el vertedero. Generalmente, continúan emitiéndose por periodos de tiempo superiores a los 20 años. Por tanto, parte de estas emisiones se heredan.

Cabe mencionar que, las estadísticas nacionales no contabilizan en CO2 producido en vertederos al tener un origen biogénico. Estas se contabilizan separadamente en términos de captura global de carbono en masas forestales y agrícolas. A pesar de ello, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, en España la gestión de residuos fue responsable de un 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El 80% de estas emisiones, provenía de vertederos. Asimismo, según Aeversu, los vertederos generan 175% más emisiones por tonelada de RSU tratada que la valorización energética.

4. El vertedero implica un mayor impacto ambiental y una mayor ocupación de terreno

La disponibilidad del terreno es limitada. También la capacidad de los vertederos. Además, según estudios del Banco Mundial, se prevé que la generación global de residuos aumente en un 70%. Por tanto, a medida que aumenta la población y el volumen de desechos aumenta, la opción del vertedero comienza a ser menos viable. De hecho, la tecnología de valorización de residuos ha proliferado en mayor medida en países con escasez de suelo y rentas altas. Por ejemplo, en Dinamarca y Países Bajos valorizan un 56% y un 30% de sus residuos respectivamente.

Además, los vertederos generan un impacto sobre el paisaje y las zonas colindantes. Generan malos olores e insalubridad y deben permanecer alejados de núcleos urbanos. Asimismo, para su instalación se deben excavar grandes espacios de terreno. Una vez clausurado el vertedero, pueden pasar décadas hasta que ese mismo terreno pueda volver a ser utilizable.

5. La acumulación de basura en vertederos conlleva graves riesgos para el medioambiente

Como hemos comentado anteriormente, los vertederos son una fuente de biogás. El biogás es altamente inflamable y genera riesgos de incendio y de explosión en vertederos. Asimismo, la basura en descomposición desprende metales pesados y sustancias tóxicas conocidas como lixiviados. Estas sustancias se filtran en los suelos, merman su fertilidad y contaminan acuíferos y vías fluviales. Con la valoración energética de los residuos, estos riesgos pueden ser controlados y minimizados promoviendo una mejor gestión medioambiental y de residuos.

6. Los vertederos no recuperan materiales

Los vertederos son un lugar donde los residuos se depositan, se entierran y se superponen por capas de sedimentos hasta su degradación natural, la cual puede llevar décadas. Por tanto, en los vertederos no se recupera ningún material ni se obtiene ningún tipo de rentabilidad a partir de los residuos. En cambio, se estima que las plantas de valorización energética recuperan materiales por un valor agregado de más de 7 millones de euros al año según Aeversu.

7. Las plantas de valorización energética son una fuente de empleo cualificado y genera más puestos de trabajo

Los sectores de la economía verde y la gestión de residuos poseen un gran potencial generador de empleo. El cambio climático, el crecimiento de la población y el aumento de la cantidad de desechos que generamos son factores que contribuyen a ello. El sector de la valorización energética emplea anualmente a más de 1.000 personas de manera directa y más de 1.400 de manera indirecta. Un total de casi 2.500 puestos en total. Además, el empleo en las plantas de valorización energética es altamente cualificado. Esto se traduce como una mayor competitividad del sector industrial y de la tasa de empleo para el país.

La MERIÓLISIS como sistema de valorización energética

La MERIÓLISIS es nuestra tecnología de valorización energética de residuos baja en emisiones. Se trata de un tratamiento térmico de basuras que no incinera. Mediante la meriólisis podemos valorizar materia orgánica, inorgánica  y lodos lixiviados para obtener biochar, energía eléctrica, combustibles, mejorantes de suelo y carbón. Gracias a ello, podemos aprovechar los residuos y contribuir a una economía sostenible y circular sin contaminar.

Nuestras plantas tratan residuos difíciles de descomponer como plásticos y neumáticos. Los plásticos y los neumáticos no se degradan, se acumulan en el medio ambiente y su quema produce grandes cantidades de gases nocivos. Incluso en una planta incineradora normal. Las plantas de meriólisis tratan plásticos y neumáticos de manera ecológica con unas emisiones cercanas a cero. Menos de <4g/h de CO2 por tonelada de plástico tratada.

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